Después del corte

Una vez cortamos el jamón, podemos consumir dos partes, el hueso y el propio jamón. Hoy
os contaremos cómo aprovecharlas al máximo.

1. CÓMO CONSERVAR EL HUESO
El jamón es un producto tan rico como provechoso, ya que además, podemos seguir
sacándole partido una vez hayamos finalizado el corte por completo.
El hueso del jamón se puede utilizar para condimentar numerosas recetas, siendo este un
gran potenciador e intensificador de aroma y sabor. Para ello, debemos trocear el hueso
utilizando las herramientas adecuadas, o bien, podemos pedirle ayuda a nuestra carnicería
de confianza. Una vez hayamos hecho trozos nuestro hueso de jamón, podemos utilizar una
parte para elaborar deliciosas recetas como caldos, sopas, croquetas… Incluso podemos
conservarlo en el congelador para aprovecharlo en otra ocasión, cubriendo bien todas las
partes para que no se resequen.

2. FORMAS DE CONSUMIR EL JAMÓN.
El jamón puede consumirse de diferentes maneras, acompañándolo con otros alimentos o
en solitario. Es un producto tan versátil que su consumo puede ir desde deliciosos
desayunos y “tapeos”, hasta ricas y jugosas recetas para nuestras comidas y cenas.
El jamón en la cocina puede utilizarse tanto cocinado como sin cocinar. Lo que sí hay que
tener en cuenta es que, cuando lo cocinamos, el jamón no conserva su aroma con la
intensidad que tiene sin cocinar, aunque el sabor que aporta es muy potente. De esta forma,
podemos elaborar recetas como croquetas, flamenquines, revueltos y salteados…
También hay otras muchas recetas que podemos elaborar con jamón al corte, sin cocinar:
alpargatas, salmorejo, montaditos, ensaladas, jamón con melón…
Aunque, sin duda, la mejor forma de consumir nuestro jamón es loncheado muy fino,
directamente de la pata, y acompañado de una copa de vino.